La sonda de inmersión tiene dos funciones:
Por un lado, la sonda de inmersión impide que el agitador se ponga en marcha cuando la sonda no está cubierta de sustrato. El amplificador de aislamiento, que a menudo es suministrado por el cliente, mide la resistencia, que es mayor en el aire que en el sustrato: el agitador no puede ponerse en marcha hasta que la sonda esté sumergida. De este modo, la sonda de inmersión sirve al mismo tiempo para evitar la formación de chispas en la zona de gas con peligro de explosión.
Por otro lado, la sonda de inmersión desvía la corriente de fuga a través del agitador en dirección a la toma de tierra y evita así daños mayores por electrocorrosión.
La sonda puede montarse en la unidad de guía (sonda de inmersión) o, en caso de espacio reducido (por ejemplo, en la corona giratoria del MGD o similar), en la caja de bornes (PCC, protección catódica contra la corrosión). Las sondas también pueden montarse posteriormente.