El tamaño, la forma y el tipo de depósito influyen en la elección del agitador adecuado. En general, cuanto mayor sea el depósito, mayor debe ser la potencia de agitación. En la mayoría de los casos, en los depósitos más grandes se utilizan varios agitadores al mismo tiempo. Además, hay que tener en cuenta las condiciones estructurales. Una laguna abierta, por ejemplo, no permite instalar agitadores en la pared o en el techo, mientras que un depósito cerrado con techo de hormigón sí lo permite.
Por otro lado, el material del depósito (acero u hormigón) apenas influye en la elección del agitador, sino en la forma en que se monta el agitador en el depósito. Por ejemplo, debido a la estática de los depósitos de acero, se deben utilizar construcciones diferentes a las de los depósitos de hormigón.